Su arte es un patio de recreo de figuras cautivadoras, cada una con grandes ojos expresivos, que cuentan historias de mujeres poderosas que navegan en fantásticos reinos y decoraciones futuristas. La presencia de animales, tanto míticos como domésticos, en sus obras, refuerza aún más el encanto narrativo, reflejando el afecto de Elara por la naturaleza.
Aunque el otro emergente en el mundo del arte, el estilo distintivo de Elara y su coherencia temática la convierten en una voz única. Ella continúa creando, ubicada en su estudio en el campo, su imaginación fue alimentada por su entorno, su vasta colección de novelas fantásticas y la compañía de sus mascotas.
